lunes, 1 de junio de 2015

La inteligencia es voluntad  de lo que hace;   la voluntad es decidir libremente;  decidir es valorar, hacer una valoración propia y proceder con respecto a ella;  valorar es juicio (medir, comparar, lucubrar, indagar y concluir asertivo);  además, la sensatez es un juzgar racional. Por lo tanto, el juzgar -sea cual sea el contexto- es siempre consubstancial a la inteligencia, sí, algo imprescindible e inseparable de ella.