martes, 26 de marzo de 2013


Lo ineludible:


Todo se corrompe excepto la razón  -o sea, todo tiene la posibilidad de corromperse o al menor descuido lo hace, excepto la razón-; puesto que no se acomoda a intenciones o a intereses.

Ahí está el saber el bien y, además, el poseer la capacidad del advertir -en coherencia- cómo se evitan los errores y las injusticias.

Sin embargo, si a ti te dicen que todas las aguas se corrompen menos una, pero es ésa precisamente la que no quieres beber, eso significa que... eres condescenciente con la corrupción o que te han inculcado el consentirla o el permitirla.

Sí, inconscientemente, la corrupción es... deseada.  
Porque -por medio de ella-:

- se adquiere distinción de mejor persona sin tener las cualidades para serlo,
- se consiguen bienes -hurtados- o privilegios,
- siempre se consigue una protección (al ser fanático, de otro fanático; al ser ladrón, de otro ladrón...), a sabiendas que con el bien riguroso causas la envidia y el reproche moral en el otro (algo que no desea, pues desea que le bailen o le consientan su mal).