domingo, 30 de septiembre de 2012


¿Qué es demostrar?

Pues utilizar las reglas imparciales de la razón, no las tuyas o las que convengan.

En orden es:

 predisposición para ser leal a lo racional, no censurar NUNCA lo racional,
 deshacerte de prejuicios e intereses ajenos a lo racional,
 delimitar un contexto, distinguir,
 profundizar y aclarar,
 no caer en contradicción, dar marcha atrás si lo haces, autocrítica,
 y concluir o afirmar con una sola conclusión -coherente- o afirmación, no con dos o cuarenta.

¿Qué es razón?

Razón no es el medio físico funcionado, sino funcionador a través del "logos";  no es la realidad preestablecida, sino capacitante para establecer otra (ya que todo es un fluir, todo se mueve). Luego la razón es un capacitante real, o sea, es la capacidad de alcanzarse conocimientos de partes de la realidad y, además, de hacerlos entendibles o coherentes entre ellos.

jueves, 23 de agosto de 2012


Para tener una CONCIENCIA LIMPIA antes hay que tener una conciencia; y, luego, ya estará limpia, sucia o como sea.

Sí, he escuchado por boca de privilegiados, usureros, represores y de narcotraficantes eso de "tengo la conciencia limpia" y, además,se atrevían a justificarlo con "ni he matado, ni he violado ni he engañado a nadie". Nada más lejos de la realidad, puesto que ya colaborar con la droga es, con certeza, ser responsable y causante de sus CONSECUENCIAS. Y el tener conciencia es darte cuenta precisamente de eso. 

Claro, Hitler no mató con sus propias manos a nadie, él no, sino mandó a otros que lo hicieran. Así que, el tener conciencia, es el DARTE CUENTA de las consecuencias que pueden tener -o tienen ya en un presente- tus actos; por lo que has de tener necesariamente unos conocimientos objetivos de la realidad, además del atenerte a una condición ética con su autocrítica.

Sí, tener verdadera conciencia -sin alineación no libre, sin pasividad y sin indiferencia- significa el darte cuenta de cómo se causan las cosas -sociales o ambientales-, porque tú no las causes. Y, así, de cuantas más te des cuenta, mejor, por agrandar tu propia conciencia y al mismo tiempo corregir actos que es  lo que la harán limpia; o sea, es tu activo o volitivo compromiso ético con tus hechos lo único que la dejarán... limpia.

En eso, no se debe mezclar inocencia con conciencia; ya que un niño tiene plena inocencia y aún no tiene conciencia de casi nada. Cierto, inocencia es no conocer el mal ni los efectos de tus actos -porque no tienes tal capacidad-; por el contrario, conciencia es el decidirla lo antes posible, en un atento compromiso ético, al cual sí estás capacitado como cualquier ciudadano.

sábado, 28 de abril de 2012


Un ser vivo está basado en aprendizaje o en CONOCIMIENTO; y una sociedad está basada en conocimiento PARA CONVIVIR.

Conforme a eso, no se puede eludir el verdadero conocimiento -el que asume totalmente las reglas racionales- porque, como resultado, tal convivir sea  un convivir chapuza y no funcione.

No, para que funcione la honradez y no la corrupción, no se puede hacer con pareceres caprichosos o con reglas parcialmente inventadas de conveniencia -y por igual ocurre con todos los valores-.
Por ello, los protagonistas de la sociedad no pueden proteger a los conocimientos chapuzas para –en un destruir- fomentarlos mientras que, el que de verdad se esfuerza, es desprotegido -algo que, sí, dejaría sin efecto o como inexistente cualquier dignidad-.

sábado, 21 de abril de 2012


Sobre el ver:


El sentido de la vista de los seres vivos cumple su percepción real de ver algo en concreto siempre primero en función de sus instintos y, luego, de sus necesidades nuevas o creadas.  Así, ve por mandato condicionante de su instinto sexual a otro ser vivo de una manera objetiva, lo quiera o no su voluntad o sus decisiones adquiridas.

En el caso de los seres humanos, no es el sentido de la vista –como erróneamente se piensa– el que más determina la percepción de las necesidades creadas, sino el lenguaje del entorno, las palabras.  Sí, el niño, para construir su psicología, no distingue claramente las imágenes –o no está capacitado para atribuir a las imágenes ideas muy definidas-, pero sí a las palabras y a sus tonos –que quedan bien asociadas–, esto es, desde los primeros días de su nacimiento distingue la voz de su madre, los ruidos bruscos de los que son armónicos o afectivos.

También hay que señalar que el ser humano no es lo que elige; pues el medio y el lenguaje con los cuales se desarrolla ya están elegidos.  A decir verdad, elige condicionar mucho de su realidad, pero no puede restituir otro mucho de su realidad por la que se sustenta–.

Nota.- Sobre la intencionalidad del engaño óptico: 
Primero, un ser humano ve objetivamente antes algo de una forma estrictamente física y, luego –donde puede haber engaño–, lo ve conceptualmente –con una relación equivocada o no de conceptos–. Es decir, alguien puede hacer que otro vea parte lo que él quiere como, también, puede hacer que conozca los conceptos –evidentemente por medio de palabras– que él quiere; sí, eso es, a causa de una inadecuada o mentirosa información.

(Ante un niño de unos meses, cualquier imagen de las que son más horribles no le causa miedo; por el contrario, la brusquedad y el tono del lenguaje externo sí).